¡Que el amor de la Gran Madre sea en el mundo!
Ella ha sido ocultada, encadenada, negada, traficada,
nulificada; pero el espíritu indómito de lo que en nuestra cultura se ha
llamado femenino, es mucho más grande que cualquier sistema opresor o colonizador.
Ella al igual que las mujeres y todo lo “femenino” no puede ser devastado, Ella
retorna continuamente, siempre ha sido así y siempre será de esta forma. Ella
es la verdad y el templo debajo del templo.
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